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El azúcar está presente no sólo en los alimentos dulces, también es añadida a una gran cantidad de productos, muchos de ellos que son de consumo habitual, por lo que resulta de gran importancia saber cómo su consumo puede afectar a nuestro cerebro.
Estudios han demostrado, que los alimentos dulces pueden actuar sobre las vías de recompensa del cerebro, esto gracias a sus componentes hedonísticos y homeostáticos. Así, el consumo de azúcar en exceso, puede llegar a producir efectos similares a la adicción en el cerebro, lo que lleva a la pérdida de autocontrol, genera la sobre alimentación y, en consecuencia, el incremento de peso.
Cuando son ingeridos alimentos con gran contenido de azúcar, al entrar en contacto con las papilas gustativas de la lengua, son enviadas señales que llegan a diferentes áreas del cerebro, las cuales activan el sistema de recompensas. Gracias a este mecanismo, es que se genera la necesidad de volver a comer alimentos dulces. Cabe mencionar que este sistema no sólo se activa con la comida, el comportamiento sexual y las drogas, son otros ejemplos que también lo activan.
Especialistas explican que, cuando hay una sobreactivación de este sistema de recompensas, el cerebro se adapta a dichos hábitos de consumo, lo que trae como consecuencia, la pérdida de control, deseo y aumento por consumir alimentos dulces.
Es importante mencionar, también, que el ingerir alimentos con exceso de azúcar, aparte de generar enfermedades cardiovasculares, diabetes, hígado graso, cáncer, entre otras, puede llegar a tener efectos negativos sobre el cerebro, produciendo inflamación, ansiedad, depresión, una función cognitiva más lenta y déficits en la memoria y la atención.
Por lo anterior, la Organización Mundial de la Salud hace la recomendación de reducir el consumo de azúcar libre por debajo del 10% de la ingesta calórica total del día. Incluso invita a que dicho consumo baje hasta el 5%, pues traería consigo más beneficios para la salud.
Por lo tanto, en este contexto, resulta importante mencionar que procurar el ejercicio de manera constante, puede ayudar en el proceso de la disminución del consumo de azúcar, ya que, al igual que con los alimentos dulces, durante el ejercicio físico se activa un neurotransmisor cerebral, conocido como dopamina, responsable de las percepciones de bienestar, lo que podría llevar a desviar la atención del organismo por el consumo de azúcar, sobre las vías de recompensa del cerebro, al estimular la neuroplasticidad. Así mismo, el ejercicio, induce a la neurogénesis, reduce el estrés y la ansiedad, eleva la oxigenación cerebral y es considerado una intervención terapéutica, válido en diversos trastornos afectivos y relacionados con el estrés psicológico.
Como pudimos observar, el consumo excesivo de azúcares puede llegar a tener efectos adictivos en nuestro cerebro, ya que existe una estrecha relación entre la ingesta habitual de azúcar y el riesgo de padecer una enfermedad mental, gracias a que esta sustancia puede causar un efecto neurotóxico en el cerebro. Por lo que, en la búsqueda de disminuir el consumo de azúcar en la dieta, mejorar la salud y los hábitos alimenticios, podemos concluir que el ejercicio físico puede activar sistemas que compitan con aquellos asociados al abuso de sustancias como el azúcar, proporcionando grandes beneficios terapéuticos y para la salud.
Referencias:
El ejercicio estimula la actividad del cerebro y desvía la atención por el azúcar. (2018). SciELO. Recuperado 30 de noviembre de 2023, de http://www.scielo.org.ar/pdf/siic/v23n1/v23n1a11.pdf